domingo, 9 de septiembre de 2018

ACCIDENTE NUCLEAR VANDELLOS I







La noche más larga de Vandellòs 

¡Accidente Nuclear en España! 

¡Y POR SUPUESTO QUE HUBO EMISIÓN RADIOACTIVA! 

Parece ser que los demócratas también ocultan cosas en accidentes importantes.




Construida entre los años 1968 y 1972 en base a una tecnología nuclear de primera generación del tipo grafito gas y explotada por la compañía hispano Hifrensa, la central de Vandellòs I era una de las dos plantas atómicas que alojaba el municipio de Vandellòs y L'Hospitalet de l'Infant la noche del 19 de octubre de 1989 cuando, a las 21:39 horas, se inició un fuego en el área no nuclear de las instalaciones. Concretamente, en el edificio de las turbinas de generación de energía eléctrica. Un incendio que significaría el epílogo de esta planta puesta en marcha a principios de los setenta.

El incendio se originó por la rotura de tuberías de lubricación, lo que produjo un vertido importante de aceite en muy poco tiempo. A continuación y como consecuencia del incendio, se produjo una serie sucesiva de fallos de sistemas, especialmente por la inundación de los bajos del edificio de turbinas con entrada del agua de varios circuitos y ¿¿de la proveniente extinción del incendio?? con un daño en importantes sistemas eléctricos.




La central nuclear de Vandellós I era una central de energía nuclear de grafito-gas(Helio) que empezó a funcionar en 1972. Formó parte del grupo de centrales de energía nuclear de primera generación en España, formando por la central nuclear de Zorita, la de Santa Mª de Garoña y la central nuclear de Vandellós I. Era propiedad de la empresa hispano-francesa HIFRENSA (Hispano-Francesa de Electricidad).


La central nuclear tenía 480 MW de potencia. Hasta el momento las centrales nucleares españolas eran refrigeradas y moderadas por agua. La central de Vandellós de tecnología francesa, en cambio, se refrigeraba por gas y su reacción nuclear estaba moderada por grafito. Este sistema representaría notables inconvenientes en el tratamiento de los residuos y de la proliferación nuclear.










Los Bomberos sin protecciones adecuadas para radiación nuclear. ¡VALIENTES Y HÉROES COMO SIEMPRE!

El incendió empezado en la turbina progresó por los trenes de cables y llegó a quemar varias tuberías y equipos claves de la central. Incluso se produjo la inundación del cajón del reactor por agua del mar. El agua dejó inútiles dos de los cuatro turbosoplantes de gas que refrigeraban el reactor. Durante unos momentos, los parámetros del reactor estuvieron a punto de superar los valores seguros, lo que habría dado lugar a la fusión del núcleo, a una explosión y a una fuga masiva de radiactividad. Por suerte el agua del mar no subió más y los otros dos turbosoplantes siguieron funcionando. La casualidad jugó aquí un papel favorable. El reactor se pudo parar en última instancia evitando una fuga radiactiva y el descontrol de la reacción nuclear.










Con el fuego y sus consecuencias, comenzaba la noche más larga de Vandellòs: horas de desconcierto, peligro e incertidumbre. Una noche en que, según expuso al juicio celebrado en 2000 el entonces gobernador civil y responsable de activar el PENTA, Ramón Sánchez, no pudo contrastar de manera fidedigna el alcance real del incidente hasta pasadas las 4 de la madrugada. Aunque el accidente comenzó en el área de producción de energía eléctrica, el peligro se situó en la afectación a los diferentes sistemas de refrigeración del reactor. Dos de estos cuatro sistemas fallaron aunque, finalmente, fueron suficientes para mantener buenas condiciones para el reactor.









El peligro se encontró, según Ecologistas en Acción, en que se habría podido producir la fusión del núcleo si los sistemas de refrigeración útiles hubieran sido insuficientes. Técnicamente, el accidente se calificó en el nivel 3 de la escala INES, valor que lo sitúa como el accidente nuclear más importante de la historia de España a pesar de que tanto el actual director de Vandellòs I, Carlos Pérez Estévez, como el Foro de la Industria Nuclear Española le restan peligrosidad al no tener "ninguna consecuencia en términos de emisiones radiactivas" en el entorno.



Hoy, lo que queda de Vandellòs 1 es una construcción de forma futurista pintada con colores vivos, junto a una carretera, una autopista y una vía de tren; mirándola nadie diría que es una tumba llena de residuos radiactivos con los que no se sabe muy bien qué hacer, que no se puede abrir, que tan sólo podemos mirarla durante años y años, y pensar en cómo irla reparando a medida que el tiempo la vaya deteriorando.

La Turbina de vapor incendiada.

A pocos metros de esta ruina tan colorida está el reactor nuclear de Vandellós 2, y a pocos kilómetros siguiendo el curso del Ebro hay dos reactores nucleares más, todos en funcionamiento. Y a unos pocos kilómetros, y cuando hablamos de radiactividad los kilómetros siempre son pocos al margen de la cifra, hay una nuclear que se llama Cofrentes, dos reactores más que se llaman Almaraz, y otro que se llama Trillo, todos también en funcionamiento. Y que durante los últimos 25 años hemos vivido esperando y deseando que «aquello» que decían que nunca podría pasar, y que pasó, no volviera a suceder.




Los Ingenieros encausados.











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